ITALIA
Los griegos de la Antigüedad llamaban a Italia “la tierra del vino”. Pocas cosas han cambiado desde entonces: Italia todavía tiene vides por todas partes, desde las colinas al pie de los Alpes hasta la pequeña isla de Pantelleria, frente a la costa de Túnez.
Si bien el vino forma parte integrante de la vida en Italia, la mayoría de los italianos no se preocuparon por la calidad hasta hace muy poco. Italia no empezó realmente a emparejarse con el resto de Europa hasta la Segunda Guerra Mundial. Ahora los vinos italianos más importantes rivalizan con los mejores de Burdeos. Y no sólo en Toscana y Piamonte se está realizando un buen trabajo; hay tintos muy dignos de consideración, e incluso blancos, procedentes de casi cualquier región.
El cambio ha sido –y sigue siendo- rápido y frenético, y no está exento de cierta anarquía. Para llegar adonde se proponen, los elaboradores de vino tienen que romper, o quizás ignorar, algunas leyes vinícolas. Todavía se comercializa mucho vino de dudosa calidad bajo nombres como soave, valpollicella y similares.
Para comprender realmente los vinos de Italia, es mejor no pensar en ella como un solo país, sino como un grupo de regiones.
LAS UVAS
En Italia crecen más variedades de uva que en cualquier otro país europeo, y si bien es cierto que se utilizan variedades internacionales, también lo es que cuando los productores descubrieron los vinos y las técnicas franceses empezaron a apreciar también las ventajas de sus variedades de uva autóctonas.
En Piamonte, en el norte, la nebbiolo es la uva estrella, que alcanza su cumbre en Barolo y Barbaresco. Barbera y dolcetto también son uvas tintas populares en esta región, mientras que la arneis es la uva blanca más distinguida. En el nordeste hay muchas otras variedades interesantes, como la tocai friulano. La sangiovese es la gran uva tinta de Italia central, y la trebbiano, la gran uva blanca.
LAS REGIONES
En el norte se hallan las alturas tirolesas del Alto Adigio, con sus blancos frescos y perfumados. Mientras que algunos de los más interesantes tintos del país se localizan en Piamonte y el Véneto, en el centro de Italia los vinos van de los blancos ligeros y fáciles de beber, como el frascati con sabor a nueces de Roma, al fresco lambrusco de aguja. Los grandes tintos toscanos también se elaboran tanto con variedades internacionales como autóctonas, y hasta hace poco se etiquetaban como vino da tavola porque no cumplían la legislación sobre el vino. Siguiendo hacia el sur, se pueden encontrar grandes tintos ricos y suntuosos, elaborados con aglianico, la variedad del sur de Italia, blancos con sabor a miel de las uvas locales greco di tufo y fiano di avellino, y los marsalas de Sicilia, con aroma a nueces y a mantequilla.
LA CALIDAD
Los vinos italianos están clasificados en cuatro categorías. La más básica es la de vino da tavola (VdT). La siguiente es la denominazione di origine controllata (DOC), que especifica variedades de uva y técnicas vitícolas y vinícolas. Denominazione di origine controllata et garantita (DOCG) está un peldaño más arriba que la anterior. Y había que dar también una clasificación a los productores inconformistas que empezaron a usar variedades y técnicas francesas: indicazione geográfica típica (IGT) es una categoría nueva que se sitúa entre la VdT y la DOC e incluye una ley más flexible para quienes no quieren aceptar las limitaciones de una DOC.
VENETO
El Véneto es un área muy amplia que se extiende desde la costa del mar Adriático hasta el lago Garda, y desde los picos de los Dolomitas, al norte, hasta la llanura del valle del Po, al sur. En el Véneto se ha elaborado vino durante siglos y es el centro comercial de la industria del vino italiano. La producción es enorme y gira alrededor de tres vinos: el blanco soave, el tinto valpolicella y el bardolino. Las tres denominaciones producen buenos vinos. Los más serios, etiquetados como Classico, son los que se elaboran en las zonas más montañosas de la región.
TOSCANA
Su vino blanco más famoso es el vernaccia di San Gimignano, que se remonta al siglo XIII. Pero tiene tintos en todas partes. El chianti se elabora con uvas sangiovese, o al menos así era hasta que los vinicultores empezaron a añadir cabernet, merlot y otras variedades. Los vinos son tan buenos que han merecido el apodo de “supertoscanos”, lo que ha provocado el enojo de las autoridades, que sólo permiten que lleven en la etiqueta la indicación vino da tavola.
SICILIA
En la dinámica Sicilia se producen tintos jugosos y blancos frescos a pesar del implacable calor del verano. La isla es también la cuna del marsala, con notas de humo. Avances como la fermentación en frío introducen cambios, y hay viñedos emplazados en altitud que imitan las condiciones del norte del país, más frías. Sicilia tiene muchas variedades de uva autóctonas; una de las mejores es la nero d’alvola, que produce tintos silvestres, herbáceos y de larga vida. Frente a las costas de Sicilia está Pantelleria, con sus atractivos vinos dulces con sabor a miel y a pasas, elaborados con uvas moscato.
ESPAÑA
En orden de importancia, España es el tercer gran productor de vino en el mundo, y se mantiene junto a Francia e Italia en términos de complejidad. Será interesante saber lo que se piensa del vino español fuera de España. En el Reino Unido, la relación con el jerez se mantiene, pero también se conocen los suaves tintos de La Rioja cargados de aromas de vainillas (una de cada cinco botellas de vino español que se beben en ese país lleva la etiqueta Rioja) y se descorcha alguna botella de cava catalán, aunque sólo se está empezando a descubrir el resto.
Las cosas han cambiado mucho en España en los últimos diez años. El país ha invertido en nueva tecnología y nuevos viñedos, y ha realizado importantes mejoras en la elaboración de vino. El más barato ha mejorado enormemente y la abundante fruta en los jóvenes los hace muy atractivos.
En España siempre se había admirado la madera, pero ahora los productores han adoptado los sistemas de elaboración más modernos y utilizan tanques de acero inoxidable, mientras que la fermentación en frío y el embotellado precoz son la tendencia general. Entre tanto, un prolongado envejecimiento en roble queda desplazado, excepto para los mejores vinos tradicionales. Y ha resurgido el interés por los vinos españoles realmente finos, vinos que están llamando la atención a escala internacional.
España es una tierra de extremos, desde el inacabable verdor de las costas del norte hasta la tierra blanca y abrasada del sur, y ese carácter se refleja en los vinos. Estos abarcan desde los blancos secos y ligeros de la fría región atlántica de Galicia a los tintos carnosos y alcohólicos de Levante y del sur del Mediterráneo. En cuanto a Andalucía, es famosísima por el jerez.
Aunque España es el tercer país productor de vino, tiene mayor extensión de viñedos que cualquier otro del mundo. Eso ocurre porque el rendimiento es muy bajo debido al clima seco.
LAS UVAS
En España hay alrededor de 600 variedades de uva, pero el 80% de los viñedos del país están plantados con sólo unas 20 diferentes. La garnacha es la variedad más ampliamente plantada con el objetivo de obtener vinos de calidad. La tempranillo es la segunda, con cariñena y macabeo en posiciones muy cercanas. Albariño está ganando terreno en Galicia y la verdejo, en Rueda. Variedades internacionales están realizando significativas incursiones en algunas partes de España, especialmente la cabernet sauvignon, la merlot y la chardonnay.
LAS REGIONES
Las regiones vitivinícolas son numerosas. En Galicia, los vinos más exportados son los de Rías Baixas y Ribeiro. En la mitad norte de España, Rioja va en cabeza. En la Ribera del Duero se elaboran algunos de los mejores vinos de España, y Cigales, Toro y Rueda pugnan por representar un gran papel.
En el nordeste están el prometedor Somontano y el sólido Penedés. El Priorato tienta los paladares con sus ricos tintos, mientras que más al sur, en las vastas llanuras del centro de España, están La Mancha, con sus tintos suaves y fáciles, y Valdepeñas. En Jerez, Cádiz, es donde se elabora el famoso fino (sherry).
LA CALIDAD
Los tintos españoles envejecidos en roble se designan habitualmente con las palabras crianza, reserva o gran reserva. La estructura de la legislación española de clasificación es más o menos la misma que en otros países de la Unión Europea. El vino de mesa es la categoría básica: el vino comarcal es una categoría regional que se aplica a ciertos vinos de buena calidad que no entran en una DO particular; vino de la tierra es la designación correspondiente a los que proceden de zonas delimitadas reconocidas por su carácter específico; equivale al vin de pays francés. Denominación de origen (DO) es el equivalente de appellation d`origine controlée (AOC). En este momento hay 56, pero cada año se incoporan nuevas áreas. Denominación de origen calificada (DOCa) es como la denominazione di origine controllata e garantita (DOCG) italiana, y se aplica a los vinos con historia de calidad de las mejores DO. Hasta ahora sólo hay dos: Rioja y Priorato.
RIBERA DEL DUERO
Los vinos mas caros de España, como el Vega Sicilia, el Pingus y el Pesquera, son riberas del Duero. Para la elaboración de este rico vino tinto se emplea principalmente la variedad tempranillo (conocida como tinto fino o tinta del país). La mayoría de las bodegas se concentran en la árida meseta entre Valladolid y Aranda de Duero, a lo largo de las orillas del Duero, llamado Douro en Portugal. No obstante, mientras que el oporto es famoso desde hace más de tres siglos, el éxito de los vinos Ribera del Duero es un fenómeno relativamente reciente.
PENEDÉS
La región vinícola más importante de Cataluña, el Penedés, es famosa en todo el mundo por el cava, que puede ser excelente, aunque la mezcla de parellada, macabeo y xarel.lo no gusta a todo el mundo. Además, el Penedés es conocido por sus vinos tintos y blancos de estilo internacional. Miguel Torres, el productor de vinos más importante en esta área, elabora desde tintos con crianza en roble a sencillos blancos con aroma a limón. En la década de 1970 importó variedades y técnicas francesas, que fueron adoptadas en toda la región.
RIAS BAIXAS
En esta región destaca la variedad albariño, aunque se cultivan otras uvas blancas, como la caino, la triexadura y, sobre todo, la loureira. El albariño resulta delicioso tanto acompañando la comida como solo. Este vino blanco con aromas de melocotón y albaricoque y matices de manzana es el mejor de Galicia, si no de toda España. Galicia forma parte de la España poco conocida de nubes y de lluvia, y rebosa verdor en las rías. Las vides se cultivan en suelos de granito y se emplea un sistema de emparrado alto que mantiene las uvas alejadas del suelo húmedo.
FRANCIA
Francia ha vivido un cambio en las costumbres. Durante muchos años, incluso siglos, los grandes nombres de las regiones clásicas de Francia no tenían competencia, pero un día los consumidores del resto del mundo descubrieron que hay vino más allá de Burdeos y Borgoña. Los nuevos países productores están aventajando a sus mentores, con vinos merecedores de confianza y fáciles de beber. Los franceses se han visto obligados a reaccionar. Han limpiado sus bodegas, han instalado tanques de acero inoxidable y ahora adoptan los últimos avances. El resultado ha sido una amplia mejora del vino francés a todos los niveles.
LAS UVAS
En Francia se vinifican mucha variedades de uva, que son diferentes de una región a otra. Aquí citamos algunas de ellas.
La mayor parte del tinto de Burdeos se elabora con una mezcla de tres a cinco variedades de uva: cabernet sauvignon, cabernet franc, merlot, petit verdot y malbec. Los blancos incluyen sauvignon blanc y sémillon. En Borgoña mandan la pinot noir y la gamay, mientras que la chardonnay es la reina suprema de todos los blancos. Todo el champagne se elabora sólo con tres variedades de uva: chardonnay, pinot noir y pinot meunier. En la región del Ródano se cultivan 13 variedades de uva, entre las que se incluyen la syrah, la garnacha (o grenache), la mourvedre y la viognier. En Alsacia se utiliza una mezcla de variedades francesas y alemanas, entre ellas la gewürztraminer, la riesling y la pinot gris. En el Loira usan unas uvas de Burdeos y otras de Borgoña, incluidas la sauvignon blanc y la cabernet franc.
Son muchas las uvas que se utilizan en el sur, en el Midi: los tintos clásicos incluyen cabernet sauvignon, merlot y mourvedre; los blancos incluyen sauvignon blanc y petit y gros manseng.
LAS REGIONES
Francia goza prácticamente de todas las condiciones que se pueden requerir para el cultivo de la vid, desde el frío norte con suelos cretáceos al soleado sur perfumado con aromas de tomillo.
REGION DE CHAMPAGNE
Empecemos por el norte, por la región de Champagne. No deja de ser curioso pensar que, sin las burbujas, el champagne sería imbebible. Su frío origen implica que las uvas, incluso cuando están totalmente maduras, tengan todavía altos niveles de acidez. Pero el vino, sabiamente combinado con levadura y una pequeña cantidad de azúcar, origina un champagne de una gran finura y equilibrio. Extendida por las colinas que rodean las ciudades de Reims y Epernay, la región de Champagne está dividida en cuatro áreas principales: Montagne de Reims, Cote des Blancs, el valle del Marne y Aube. El champagne es casi siempre una mezcla de uvas de estas áreas. El espumoso, según los libros de historia, nació de un error. –En la década de 1660, un monje benedictino llamado Dom Pérignon no pudo controlar la fermentación del vino que quería elaborar debido a un tiempo imposible de predecir y obtuvo un vino con una espuma persistente. Horrorizado, vio cómo ese vino causaba sensación en la sociedad de París.
El punto de apoyo de cualquier casa de champagne son sus bruts sin añada. El objetivo es mantener un estilo uniforme, lo que se consigue mediante el llamado assemblage, es decir, mezcla, de una serie de vinos (cuvées) distintos. Un champagne se “declara” millésimé o vintage (con añada) en los mejores años. Las cuvées especiales se elaboran usando los mejores vinos para la mezcla, y se presentan en botellas de fantasía a unos precios también de fantasía.
ALSACIA
Un poco más al este se encuentra Alsacia. Con sus colinas pobladas de bosques y sus pequeños y cuidados pueblecitos, no se parece en nada a Champagne. Es una región más germánica. De hecho, formó parte de Alemania durante algún tiempo, y fue devuelta a Francia después de la Segunda Guerra Mundial. Fiel reflejo de su historia mixta, los vinos se elaboran con variedades de uva mayoritariamente alemanas. Pero se diferencian de los vinos alemanes en que la graduación alcohólica es más elevada y son más secos. En su mejor momento tienen el característico aroma del terroir (el pago, la tierra en la que creció la uva; véase página 173), y los suelos de Alsacia son sumamente variados. La de Vendange Tardive (cosecha tardía) es la mención otorgada a los deliciosos vinos de cosecha tardía, mientras que Sélection de Grains Nobles (selección de granos nobles) designa los mejores vinos dulces, pero raros y caros. Alsacia también produce un buen espumoso, el crémant d’Alsace.
EL VALLE DEL “LOIRE”
Dirigiéndose al sur desde París, se tropieza con Tours y con el Loira, el río más largo de Francia, famoso por los grandiosos castillos que se alzan a sus orillas. La región vinícola del Loira se divide en cuatro grandes áreas: Muscadet, en la desembocadura del río; Anjou; Turena, y el Loira superior, cada una con su peculiar estilo. El Muscadet es fresco y bajo en alcohol, y combina a la perfección con las ostras de la localidad. Lo mejor es elegir botellas en cuya etiqueta se indique Muscadet de Sevre-et-Maine, y hay que buscar siempre las palabras sur lie, que significan que el vino se ha criado sobre sus lías, lo que le otorga un carácter más intenso. No merece la pena el Anjou Rosé; son mucho mejores el Anjou-Villages y el Anjou-Blanc. Los mejores tintos de Anjou son los de Saumur-Champigny. En Turena, se debe optar por tintos de Bourgueil y Chinon o, como vino dulce, por un vouvray elaborado con chenin blanc. El Loira superior es la cuna de los famosos vinos de Sancerre y Pouilly-Fumé, de gran temperamento, mientras que los de Menetou-Salon y Reuilly son similares, pero más ligeros.
BORGOÑA
Borgoña tiene los sistemas de clasificación más complejos de todas las regiones, y se necesitaría toda una vida para comprender los matices de sus diferentes pagos (terroirs). Simplificando, hay denominaciones generales (véase página 172), como Bourgogne Rouge, y denominaciones regionales, como Chablis. A continuación vienen los vins de villaje, y se citan los mejores villages, pueblos, por ejemplo, Meursault. Un escalón por encima está el premier cru, el segundo mejor viñedo de cada village; el nombre del village figura en primer lugar en la etiqueta –Mersault-Charmes, por ejemplo. Finalmente, tenemos los grands crus, los que ocupan la posición más elevada en la jerarquía de los vinos de Borgoña y proceden de los mejores viñedos. Éstos prescinden del nombre del village en la etiqueta y adoptan el del propio viñedo. Como los viñedos están en manos de numerosos pequeños propietarios, aquí los négociants solían llevar la batuta, pero ahora los mejores vinos proceden de viticultores que los embotellan ellos mismos.
La exclusividad de Borgoña reside en la complejidad de su geología, con soprendentes diferencias entre vides cultivadas en terrenos muy próximos. El borgoña tinto varía de ligero, con aroma frutal de grosella roja (de lugares como Santenay) a amplio y robusto, con aroma de grosella negra (Gevrey-Chambertin). El mejor borgoña blanco alcanza una estructura importante, desde la rica exuberancia del Meursault a los silíceos Puligny-Montrachet y Chassagne-Montrachet.
La región de Borgoña empieza, de norte a sur, con el acerado chablis. La Cote d’Or es la parte central de la región, y se extiende hacia el sur desde Dijon hasta Santenay. Aquí es donde se producen los tintos y blancos borgoñones más importantes, en pueblos modestos y en pequeñas ciudades, tales como Beaume, o sus alrededores. Al sur de Cote d’Or están Cote Chalonnaise y Maconnais, que producen vinos suaves y afrutados. Más allá está Beaujolais, donde los mejores vinos, (los crus) consiguen intensidad y cuerpo. Y no hay nada mejor que los jóvenes (nouveau) para empezar a familiarizarse con los vinos de la región.
Antes de dejar la Francia central, conviene observar las regiones vinícolas de Jura y Saboya, situadas al este, cerca de los Alpes. Particularmente los blancos de Jura tienen un característico sabor a nueces, mientras que Saboya cultiva una interesante variedad denominada altesse.
RODANO SEPTENTRIONAL
El Ródano tiene viñedos en sus orillas a lo largo de casi todo su recorrido, desde su nacimiento en los Alpes suizos a su desembocadura, cerca de Marsella. La variedad de vinos a los que da lugar es asombrosa. En términos vinícolas, el valle del Ródano se ha dividido en Ródano septentrional y Ródano meridional. Los viñedos septentrionales están emplazados en terrazas escalonadas de granito y producen algunos de los mejores vinos del valle: el Cote Rotie, con su fragante syrah, es ahora tan caro como los mejores vinos de Burdeos y Borgoña, y se puede elegir entre los estilos individuales de Cote Blonde y de Cote Brune. Un poco más lejos están las dos pequeñas AC (denominaciones de origen controladas, véase página 97) de blanco: Condrieu y Chateau-Grillet: en las dos se cultiva una variedad de culto, la viognier, con su exquisito aroma frutal de albaricoque. Algo más arriba está Saint-Joseph, que produce tintos un poco más ligeros y suaves que los de Cote Rotie.
Vienen a continuación Hermitage y Crozes-Hermitage. La primera produce unos de los vinos tintos más grandes del mundo, el elaborado con syrah, que necesita una década o más para expresarse plenamente. Los vinos ricos y oscuros de Cornas son mini-Hermitages. El Ródano septentrional finaliza en Saint-Péray; esta denominación, aunque pueda parecer extraño, demuestra talento en la elaboración de blancos espumosos.
RODANO MERIDIONAL
El paisaje cambia de forma espectacular en el Ródano meridional. Monótonas llanuras se extienden hasta donde alcanza la vista. Los vinos también son diferentes. La fruta, una gran cantidad de variedades diferentes, madura fácilmente bajo el ardiente sol del verano. La mayoría de los vinos del sur del Ródano, que pueden ser tintos, blancos o rosados, están amparados por la denominación Cotes du Rhone. Un escalón más arriba en calidad se sitúa Cotes du Rhone-Villages, compuesta por 16 municipios diferentes. La denominación más prestigiosa en el sur es Chateauneuf-du-Pape, donde se elaboran vinos envueltos en perfumes de frambuesa, y unos cuantos blancos con aromas a melocotón. Gigonda también produce buenos tintos y rosados, con Vacqueyras siguiéndola muy de cerca, mientras Lirac y Tavel son famosas por sus rosados. El Clairette de Die, elaborado en el aislado valle del Drome, es un vino chispeante con aroma a manzana.
BURDEOS
Burdeos es el mayor productor de vinos de calidad de Francia. Los tintos son los más famosos (especialmente en Gran Bretaña), y los mejores se toman como punto de referencia en todo el mundo. Pero la región sufrió una crítica negativa, por parte en particular de los especialistas del Reino Unido, a causa de las vertiginosas subidas de precio de los vinos de la región situados en el más alto nivel, y eso, junto con el descenso de calidad en la zona baja del mercado, por no mencionar la creciente competencia de los vinos de los nuevos países productores, ha llevado a una caída de las ventas. Pero ahora la situación está cambiando: el Consejo Interprofesional del Vino de Burdeos (CIVB), la organización reguladora responsable de los vinos de esta región, ha anunciado que está dispuesta a tomar medidas.
El río Gironda fluye a través del corazón de la región. Un rápido vistazo a los nombres de los chateaux –Smith-Haute-Laffite, Lynch-Bages, Palmer- da una idea de la historia de esta localidad, donde familias inglesas, escocesas e irlandesas fundaron empresas comerciales y después empezaron a cultivar vides. Burdeos incluso perteneció a los británicos durante un tiempo, trescientos años a partir de 1152, cuando Enrique II se casó con Leonor de Aquitania. Pero fue en el siglo XVII, después de que los holandeses drenaran los pantanos, que se convirtieron en los viñedos del Médoc, cuando se inició la elaboración de vino y se construyeron los grandes chateaux.
Los vinos varían mucho de uno a otro. Una hectárea de viñedo puede diferenciarse tremendamente de su vecina debido a la elección de la variedad de cepas, a la diferencia de clima y de suelo y, por supuesto, a la personalidad del propietario del chateau. Bordeaux Rouge y Bordeaux Blanc son las denominaciones genéricas; Bordeaux Supérieur está sujeta a regulaciones algo más rigurosas. Están después las grandes áreas, como Médoc, Graves, Pessac-Léognan y Saint-Émilion, cada una con su propia AC, y otras áreas más pequeñas, como Pomerol.
Burdeos tiene también numerosas clasificaciones. En 1855, los chateaux más notables de Médoc fueron clasificados en cinco niveles por los comerciantes de vino de Burdeos. Los cinco tratan de alcanzar la máxima calidad; También se clasificó una propiedad de Graves, Haut Brion. Por debajo están los cru bourgeois.
PROVENZA
En Provenza la producción de vino no se limita al fresco rosado que todos los turistas beben en abundancia durante sus vacaciones en la región. En efecto, las cosas han ido mejorando muy rápido. Ahora algunos productores ambiciosos elaboran vinos elegantes. Por ejemplo, obsérvese lo que está ocurriendo en Bandol. Algunos de los mejores vinos de la región proceden de esta pequeña denominación, que produce tintos densos con notas de trufa (aunque caros) y rosados con carácter. Coteaux Varois también está produciendo buenos vinos, así como las denominaciones provenzales de Cassis, Bellet, Palette, Coteaux d’Aix-en-Provence y Les Baux-de-Provence. Sin embargo, la mayor parte del vino de Provenza va etiquetado como Cotes de Provence, y cuesta mucho conseguir uno bueno. En cuanto a la cercana Córcega, la escarpada y montañosa isla ha mejorado recientemente su producción y ofrece buenos vinos de denominaciones como Patrimonio y Ajaccio.
LANGUEDOC-ROSELLON
Pese a su fama de región productora de vino sencillo y barato, en Languedoc-Rosellón se han elaborado algunos de los vinos más fascinantes de los últimos tiempos. La región se extiende desde Montpellier hasta más allá de Perpiñan, por los departamentos de Aude, Gard, Hérault y Pirineos Orientales. Están empezando a surgir grandes vinos, algunos elaborados con uvas tradicionales, como la syrah, otros con cabernet sauvignon o con chardonnay, ateniéndose a las regulaciones de los vins de pays para eludir las restrictivas reglas de las AC.
OTRAS REGIONES DEL SUDOESTE
Los tintos y blancos de Bergerac y Buzet se elaboran con las mismas uvas utilizadas en Burdeos y son comparables en calidad, pero su precio es mucho más económico. Si le gustan los taninos, elija un vino de Cahors, aunque ahora son más suaves de lo que lo fueron en el pasado. En Gaillac se elaboran vinos de todos los colores, pero los blancos son los más conocidos. Madiran produce interesantes tintos con la variedad autóctona tannat, mientras que Jurancon tiene blancos fascinantes que van de los secos a los dulces.
CALIDAD
Los vinos franceses se ordenan según cuatro clasificaciones principales. La primera categoría es la appellation d’origine controlée (AOC o AC). Eso significa que los vinos proceden de la región vinícola que figura en la etiqueta y se elaboran con las variedades de uva tradicionales allí. A continuación está la de vin délimité de qualité supérieure (VDQS), con restricciones similares pero para regiones consideradas menos prestigiosas, no clasificadas como AC. Viene luego la de vin de pays, o vino del país, en cuya etiqueta se indica de dónde procede y a veces las uvas con las que se ha elaborado; en el sur la utilizan productores de vino emprendedores para evitar las limitaciones que impone la AC. Finalmente, el vin de table, vino de mesa, se puede elaborar con cualquier uva y de cualquier procedencia, y se puede prescindir de indicar la cosecha.
BANDOL
La pequeña denominación de Bandol, la más prestigiosa de Provenza, produce los mejores tintos de la región y algunos de los mejores rosados. Domina la robusta variedad mourvedre, que se adapta en cualquier lugar pero que aquí brilla con notas de trufa y champiñón sobre un denso aroma de frutas negras. El nombre de Bandol se debe al puerto en el que antaño se embarcaban estos vinos para distribuirlos por todo el mundo. Los viñedos se extienden en terrazas orientadas hacia el sur, protegidos de los vientos fríos del norte. Aquí se cultivan asimismo la garnacha y la cinsaut, utilizadas en los rosados herbáceos. También se elaboran blancos, pero no son tan significativos.
PESSAC-LÉOGNAN
Es la mejor parcela de Graves, la gran denominación bordelesa que se extiende al sur de la ciudad con sus suelos de grava característicos. La denominación Pessac-Léognan es relativamente nueva: se creó en 1987. El nombre proviene de los dos municipios más importantes e incluye todas las propiedades citadas en la clasificación de los graves de 1959. Los vinos tintos se elaboran principalmente con cabernet-sauvignon, con alguna adición de merlot y cabernet franc. En su degustación se advierten notas que van del tocino ahumado al ladrillo caliente. Los blancos se producen con sauvignon blanc y sémillon, que se cultivan en las porciones más arenosas del viñedo; son poderosos y se conservan durante años.
CHATEAUNEUF-DU-PAPE
Chateauneuf-du-Pape produce los mejores vinos del Ródano meridional, con un característico aroma a frambuesa velado. El vino toma su nombre del nuevo emplazamiento de la corte del papa en Aviñón en el siglo XIV. Un viñedo papal le siguió muy pronto. Aquí se permite el cultivo de trece variedades de uva, aunque la garnacha es la principal. Domina las plantaciones en los suelos pobres y produce vinos que combinan concentración y la habitual frutalidad dulce de la garnacha. Existe una versión de vino blanco, elaborado con garnacha blanca y otras uvas, pero es relativamente raro y puede faltarle acidez y aroma frutal.
TURENA
Turena, llamada el jardín de Francia, es la región más importante del Loira y se extiende alrededor de la ciudad de Tours. Turena tiene fama por sus tintos, procedentes de las denominaciones individuales de Bourgueil, Chinon y Saint-Nicolas-de-Bourgueil, y por sus blancos semisecos y dulces de Montlouis y sus espumosos de Vouvray. El clima varía mucho, con viñedos al este claramente continentales mientras que los del oeste están atemperados por el Atlántico. Asimismo, hay una gran línea fronteriza entre las variedades de uva. En términos generales, la sauvignon blanc y la gamay se cultivan al este. Los sauvignon más famosos del Loira son los de Sancerre y Pouilly-Fumé.
MADIRAN
Madiran, una de las regiones más dinámicas de Francia, ha hecho de sus recios vinos tánicos vinos muy interesantes y especiados. Aquí la uva tinta tradicional es la tannat, que constituye la parte más importante de las mezclas. Se han estado probando medios para suavizar esa uva astringente –incluido el de la microoxigenación- y producir vinos dotados de aromas frutales que se puedan beber de inmediato, pero con potencial de envejecimiento. También hay muy buenos blancos. Son los denominados Pacherenc du Vic-Bilh, el nombre gascón para las fuertes mezclas de variedades locales, como la courbu y la petit manseng. El vino blanco puede ser seco o dulce, según la cosecha.
BEAUJOLAIS
Además del nouveau, es recomendable probar el beaujolais-villages o, mejor aún, un cru. La variedad gamay es la estrella de esta denominación borgoñona. Prospera en las colinas graníticas del norte de Lyon y produce un vino brillante y afrutado. Las mejores de estas uvas, las procedentes de un cru, permiten elaborar vinos ricamente aromáticos, que incluso pueden mejorar al envejecer (aunque no más de dos años). Hay diez crus: Beaujolais, Brouilly, Cote de Brouilly, Régnié, Morgon, Chiroubles, Fleurie, Moulin-a-Vent, Chénas, Juliénas y Saint-Amour. Existen diferencias entre ellos, pero todos se elaboran con gamay.
AUSTRALIA
Hoy día, el chardonnay australiano se puede encontrar con facilidad en cualquier país, no sólo en las vinaterías y vinotecas, sino incluso en las estanterías de los supermercados. En Australia se ha hecho más que en muchos otros países para promocionar esta uva. Sin embargo, decrece el interés por ella: todas las marcas más corrientes tienen un sabor muy semejante para nuestro paladar, ahora más acostumbrado. Y la respuesta de los australianos a esta situación ha sido dejar de plantarla y centrarse en las variedades regionales.
Grandes compañías vinícolas están lanzando nuevos vinos que reflejan mejor cada pago. Estos nuevos vinos son más sutiles en las notas del roble y dejan que brille en ellos el carácter de una zona determinada. Ocurre lo mismo con los tintos. Los australianos reconocen (junto con todos los demás productores) que vino tinto es lo que más se bebe ahora, de modo que están cultivando cada vez mayor cantidad de su uva estrella, la shiraz, y de la igualmente impresionante y sabrosa cabernet sauvignon.
Así se ha salido de la homogeneidad y se ha entrado en la diversidad, de estilos y de regiones. También se están investigando variedades blancas alternativas, como la sémillon y la verdejo, por ejemplo; ambas se dan muy bien en el país. En resumen, Australia no se estanca, y por eso ha tenido siempre tanto éxito.
LAS UVAS
En Australia no se cultivan sólo chardonnay y shiraz, sino unas 75 variedades de uva, más o menos en la misma cantidad tintas y blancas.
La shiraz es la gran tinta. Conocida como syrah en otros lugares, en Australia desempeña un papel brillante. Cuando se planta en las áreas más frías, está llena de aromas frutales y notas de tierra, licorosas y de cuero. Es menos compleja cuando se cultiva en zonas cálidas, pero aun así ofrece fruta dulce y madura.
La cabernet sauvignon es la otra estrella tinta en Australia; esta uva se vinifica tanto sola como mezclada con shiraz, malbec, merlot y cabernet franc. Se cultiva por doquier. En las zonas de clima más frío es herbácea y grasa, mientras que bajo el sol ardiente es un costal variopinto de fruta roja, a menudo en confitura.
Un número creciente de productores utilizan garnacha vieja y mourvedre (conocida también como mataro) y se están realizando grandes progresos con la pinot noir. La sangiovese y la nebbiolo están logrando asimismo desempeñar un papel muy destacado.
La chardonnay va en cabeza en lo que a la producción de vinos blancos se refiere; la siguen la sémillon la verdejo, la viognier, la sauvignon blanc y la riesling, todas ellas en ascenso. Y no hay que olvidar la familia de las moscatel, que pueden producir vinos de postre muy delicados.
LAS REGIONES
En muchas regiones de Australia se considera que el clima es más significativo que el suelo, y los climas difieren en gran medida, desde el húmedo de Adelaide Hills hasta el subtropical de South Burnett. Los estilos de vino son igual de variados, desde los complejos vinos de chardonnay de múltiples matices del Margaret River, a orillas del océano Índico, en el oeste de Australia, al impetuoso shiraz del McLaren Vale, bordeado de olivos.
NUEVA GALES DEL SUR
Hunter Valley es la región vinícola más famosa de Nueva Gales del Sur. Elaboró el primer chardonnay comercial en la década de 1970, aunque ahora es la sémillon la que brilla, especialmente si se deja envejecer un poco. Justo al otro lado de Hunter está Mudgee (que significa “nido en las colinas” en la lengua aborigen), que produce un gran shiraz y un buen cabernet sauvignon.
Situada a gran altitud, Orange es una zona que se tiene muy en cuenta. Otras regiones son Cowra, Hilltops, Riverina y Tumbarumba.
AUSTRALIA MERIDIONAL
Australia Meridional produce más de la mitad de los vinos del país, y la mayor parte del vino envasado en cartón, aunque también elabora algunos vinos de primera categoría procedentes los viñedos más antiguos. Riesling (y shiraz) son propias de Clare Valley.
En Adelaide Hills se elaboran vinos vivaces con chardonnay y sauvignon, mientras que los vinos de Barossa Valley varían de los blancos neutros procedentes del fondo del caluroso valle al fabuloso shiraz de vides viejas en lo alto de las colinas.
Eden Valley, una subregión más fresca de Barossa, compite con Clare por los mejores riesling. McClaren Vale produce vinos para todos los gustos, mientras que Langhorne Creek tiene el Jacob’s Creek, la marca de mayor éxito entre todas las famosas. Más al sur se encuentra Canberra, cuna de un elegante cabernet y un gran shiraz. En el clima fresco de Padthaway, hacia el norte, se elaboran buenos vinos de chardonnay. Otras zonas son Limestone Coast y Eyre Peninsula.
VICTORIA
Tiempo atrás, la búsqueda del oro llevó a numerosas personas a Victoria. Ahora su atractivo es el vino, desde los vinos baratos de Murray River a los suntuosos muscats licorosos de Rutherglen. En esta última región también se elaboran una serie de vinos de mesa, desde el robusto shiraz al semillon madurado al sol.
En el centro de la región hay otras subregiones más pequeñas, que incluyen Grampians, conocida por su espumoso; Pyrenees, cuyos tintos resultan pesados para el estómago; Bendigo y Heathcote, con tintos concentrados y de larga vida, y Goulburn Valley con su marsanne insignia.
Las otras regiones principales son Geelong, Macedon, Yarra Valley y Mornington Peninsula.
AUSTRALIA OCCIDENTAL
Algunos de los productores más importantes del país se encuentran en Margaret River, la joya de Australia Occidental, donde se elaboran tintos poderosos y elegantes con uvas que van desde la cabernet hasta la zinfandel, y voluptuosos blancos de chardonnay, sauvignon blanc y sémillon.
TASMANIA
La geografía de la fresca Tasmania varía de los frondosos bosques de eucaliptos a los prados alpinos. Los vinos de Tasmania tienen un estilo característico: la fruta es más restringida que en el continente. Los vinos son más sutiles y delicados, más europeos. Todos los clásicos se elaboran aquí a partir de uvas cultivadas en viñedos situados en la mitad oriental de la isla, más cálida y seca, a poca altitud. La chardonnay y la pinot noir son las variedades más cultivadas.
QUEENSLAND
Las uvas para vino se cultivan en viñedos que ascienden por las frías colinas del Granite Belt, al oeste de Brisbane. South Burnett es la más moderna y más bonita región de Queensland.
LA CALIDAD
Produce of Australia (producido en Australia) es la clasificación básica. South-easter Australia (sudeste de Australia) se utiliza para mezclas de vinos de gran consumo. State of origin (viene a significar denominación de origen), se aplica a una serie de zonas, regiones y subregiones. Los mejores vinos pueden etiquetarse como outstanding (excepcional) y superior.
ORANGE
Hasta hace muy poco, Orange era una región desconocida para la industria vinícola; sólo unas pocas personas habían intuido su potencial. Incluso no habiendo más que unas doce bodegas, es la región más interesante de Nueva Gales del Sur. Mucha gente está plantando ahora, tanto si dispone de una bodega como si no. Las laderas en pendiente, una altitud considerable (800 m) y un recio clima continental, con días calurosos y noches frías, son la clave de la sabrosa fruta madura. Incluso la sauvignon blanc prospera aquí.
BAROSSA
La Barossa teutónica es un gran lugar para cultivar uva y elaborar vino. Con inviernos no demasiado húmedos y veranos cálidos y secos, esta región produce buenas uvas. Entre los cálidos suelos de marga del fondo del valle y los emplazamientos algo más fríos de las colinas, aquí se elaboran casi todos los estilos de vino. Muchos de los más importantes productores de Australia realizan en Barossa sus operaciones. Los tintos son grandes, generosos y concentrados, mientras que los blancos están llenos de fruta soleada.
MARGARET RIVER
La mayoría de los vinicultores de la costera región de Margaret River practican el surf cada mañana. Es un lugar mágico donde los vinos se benefician del efecto refrescante del mar. La región rebosa de nuevos viñedos y bodegas. Estas últimas se agrupan en tres áreas principales a lo largo de la Bussell Highway, con vistas a Geographe Bay. Se han plantado nuevos viñedos en el cálido Jindong, en el norte, y en el más fresco Karridale, en el sur.
NUEVA ZELANDA
Nueva Zelanda es uno de los países productores de vino más pequeños del mundo, y ahora está experimentando probablemente el crecimiento más rápido de la industria vinícola. Sin embargo, esto no tiene gran importancia a escala internacional: Nueva Zelanda sólo produce un 1% de los vinos del mundo. Pero se están abriendo nuevas bodegas, a razón de unas veinte por año, y eso por dos motivos principales: el mercado interior parece muy abierto, con cifras de consumo que se doblan de año en año, y también el del Reino Unido, pues, al parecer, los corazones británicos siguen muy apegados al sauvignon blanc de Nueva Zelanda. El país produce algunos de los mejores vinos del mundo, y todo eso se ha logrado en el espacio de unos veinte años.
LAS UVAS
Entre la blancas destacan la chardonnay y la sauvignon blanc, mientras que en tintas dominan la cabernet sauvignon y la pinot noir (gran parte de esta última se emplea en la elaboración del famoso espumoso de Nueva Zelanda). También se cultivan pinot gris, merlot y riesling.
Las regiones
La isla del Norte es más calurosa que la isla del Sur, aunque ambas comparten un clima marítimo frío. Generalmente, por lo tanto, los vinos de la isla del Norte son más maduros, con más cuerpo y de estilo algo más suave que los de la isla del Sur. En las onduladas colinas de Northland-Matakana se produce un gran vino tinto, mientras que en Waiheke Island, a media hora de trayecto de ferry desde Auckland, se elabora un vino de mezcla que tiende al estilo Burdeos. Otras regiones del norte son Waikato y Bay of Plenty, con sus botrytizados vinos de riesling, marca de calidad; Gisborne, que ha superado su reputación de envasar vino en cartón para producir blancos de calidad y tintos aceptables; Hawkes Bay, con un clima perfecto para obtener vinos de mezclas de estilo bordelés y vinos de chardonnay de máxima categoría, y Wellington, con sorprendentes tintos de pinot noir.
En la isla del Sur, Marlborough es famosa por sus vinos de sauvignon blanc, lo mismo que Nelson, donde se elaboran otros grandes vinos con la variedad chardonnay, con notas de lima. Canterbury y Central Otago completan el cuadro; ambas logran éxitos con la pinot noir.
HAWKE’S BAY
En Heretaunga Plain, las vides solían plantarse en los llanos de las orillas del río, pero los fértiles suelos les daban un exceso de vigor, y muchos viticultores se han trasladado a las laderas inferiores de las colinas de piedra caliza situadas más tierra adentro, donde las uvas son más maduras y más equilibradas. La reputación de Hawke’s Bay está cimentada en sus mezclas de calidad de estilo bordelés. Los chardonnays, ricos y plenos, con un agradable toque de acidez de pomelo en el recuerdo, son también muy apreciados. La zona se está ampliando rápidamente, y una serie de subregiones han sido dedicadas a la producción de vinos de calidad.
MARLBOROUGH
En Marlborough destacan los vinos de sauvignon blanc. No hay error posible con respecto a sus aromas: especiados, de grosella espina, de pimientos verdes, de pis de gato y de hierba recién cortada redondeados con una nota de lima. Su éxito se basa en una combinación de factores: marga de aluvión sobre profundos depósitos de grava; vendimia escalonada (diferentes niveles de madurez añaden complejidad al vino acabado); mejores clones, y eliminación de las hojas en abundancia, entre otros. El legendario viñedo de Cloudy Bay es un buen punto de referencia.
CENTRAL OTAGO
La región de crecimiento más rápido corresponde a la aislada zona vinícola de Central Otago, pese a que en un principio se decía que allí nunca se podría elaborar vino. Alberga los viñedos y las bodegas situados más al sur del mundo, como el Black Ridge Vineyard. Con el único clima continental de Nueva Zelanda, los viticultores han adaptado sus técnicas para adecuarlas a las condiciones climáticas. El inconveniente es que la maduración varía notablemente de una cosecha a otra. Brillan la chardonnay, la pinot gris y la riesling, aunque la pinot noir está apoderándose de la mayoría de los viñedos.
United States
El vino se produce en muchos estados, desde Oregon hasta el Estado de New York, aunque California es todavía el protagonista principal.
LAS UVAS
Entre las variedades de uvas m´s notables de los Estados Unidos de América, podemos hablar de las siguientes: Chardonnay, Pinot Noir, Zinfandel, Merlot, Syrah, Riesling, Sémillon, Sauvignon Blanc y Cabernet Sauvignon.
Las regiones
CALIFORNIA
El 85% de las botellas de vino estadounidenses proceden de California. El Napa Valley tiene la mayor concentración de viñedos y bodegas del Estado. Napa tiene asimismo el mayor número de Approved Viticultural Areas (AVA), entre ellas Stag's Leap, Howell Mountain y Oak Ville.
Después de las llamativas bodegas de Napa, la cercana Sonoma es otro lugar importante. Allí se elabora también buena parte de los vinos importantes, con un precio más abordable. Es una de las regiones más diversas de California, con frías depresiones costeras como Russian River para la Pinot Noir y lugares calurosos como Dry Creek Valley para la sensacional Zinfandel.
La Chardonnay cultivada en la zona de Santa Ynez Valley es asombrosa, y también hay excelentes varietales del Ródano. Otras áreas vinícolas californianas son Mendocino, Carneros, Santa Cruz, Alameda, Santa Clara, San Benito y Sierra Foothills.
NOROESTE DE ESTADOS UNIDOS
Idaho, el Estado de Washington y Oregon son los 3 Estados que constituyen la Pacific Northwest Wine Coalition, creada en 1991.
En Oregon la estrella es la Pinot Noir. Oregon es demasiado húmedo para la Chardonnay, que puede presentar una áspera acidez y un afrutado débil.
En Oregon podemos citar a las regiones de Willamette Vallay, Umpqua Valley, Rogue River y Eastern Oregon.
En el Estado de Washington podemos nombrar a Yakima Valley y Walla Walla Valley. La Merlot se cultiva especialmente bien, pero la Syrah es la uva que más
llama la atención. También hay blancos elegantes elaborados con Chardonnay, Riesling, Sémillon y Sauvignon Blanc.
ESTADO DE NUEVA YORK
Hace décadas que se elabora vino en esta zona. Finger Lakes produce la mayor parte de los vinos del Estado : los lagos
hacen posible el cultivo, moderando el clima en los meses invernales y protegiendo a los viñedos de las peligrosas heladas.
Hay algunos vinos de Chardonnay y Riesling muy aceptables, y también se cultivan uvas como la Cabernet Sauvignon y la
Merlot.
Las bodegas de Long Island tienen un aspecto tan acicalado como las casas. Es la región de cultivo más calurosa del Estado,
de modo que prosperan uvas como la Cabernet Sauvignon.
Por su parte, la Sauvignon Blanc es la mejor uva blanca del Estado de New York.
OTROS ESTADOS
De los restantes Estados productores de vino de los Estados Unidos, se destacan New Mexico, Maryland, Virginia y Arizona.
Sudáfrica.
Unos cuantos vinicultores emprendedores empiezan a dirigir su mirada más allá de sus fronteras y asimilan nuevas ideas. No se trata de
imitar a Australia o Burdeos, como hacen algunos, sino más bien de pasar temporadas en Argentina, Chile y California, viajar por el Loira,
Burdeos y Borgoña, e intercambiar notas al regresar, y así combinar filosofías de la vieja Europa con técnicas modernas para
producir vinos con verdadera identidad sudafricana.
Existe una nueva confianza. Se están cultivando uvas tintas en zonas destinadas tradicionalmente a las variedades blancas. También se
piensa más en la selección de los emplazamientos, con nuevas zonas, como la de Bot River, actualmente en desarrollo. Asimismo, se comprende
mejor la madera: el chardonnay sudafricano ha dejado de ser un monstruo impregnado de roble. Y los viticultores se aseguran de vendimiar la uva bien madura,
cuando ha alcanzado el nivel perfecto de concentración de azúcar.
Mientras el resto del mundo vinícola en vías de desarrollo estaba trabajando en sus variedades internacionales, Sudáfrica concentraba
sus esfuerzos en una uva de su propia invención, la pinotage, un cruce entre pinot noir y cinsaut creado en 1924 por un viticultor sudafricano.
Pero la pinotage no ha tenido la mejor prensa en los últimos años, y sólo unos cuantos vinicultores obtienen el máximo de
esa uva. La obsesión por ella ha obstaculizado los esfuerzos del país respecto a otras uvas tintas.
En Sudáfrica la elaboración de vino se inició en 1656 con vides importadas. Pero esas vides enfermaron y se plantaron otras de
calidad inferior, con insistencia en la pinotage, por ejemplo. Los hechos políticos también influyeron en la decadencia de la industria
vinícola. El sector se empezó a revitalizar a partir de 1994, cuando Nelson Mandela asumió la presidencia del país.
LAS UVAS
Aunque actualmente existe una tendencia hacia los tintos, son los vinos blancos los que predominan en Sudáfrica. El 75 por ciento de las variedades
plantadas son blancas, y sólo el 25 por ciento, tintas. La chenin blanc todavía es la más cultivada, aunque se están arrancando
cepas de esta uva para abrir camino a otras variedades internacionales. La colombard sigue a la anterior a poca distancia, y después vienen la
chardonnay y la sauvignon blanc. Tras ellas se sitúan la riesling y la sémillon, y se está empezando a dedicar cierto espacio a la
gewürztraminer y la viognier.
Hasta hace poco, los tintos de Sudáfrica estaban dominados por la pinotage. En el mejor de los casos, estos vinos tienen ricos aromas de ciruelas
maduras, con notas de cerezas cubiertas de chocolate y un recuerdo de perfume de canela; en el peor, recuerdan un esmalte de uñas seco. Ahora el primer
puesto lo ocupa la cabernet sauvignon, seguida por la pinotage, la cinsault, la merlot y la shyraz, con pequeños focos de uvas como la pinot noir y
plantaciones experimentales como la nebbiolo.
LAS REGIONES
Hoy día en Sudáfrica se cultivan vides en más de 50 denominaciones de origen, declaradas regiones, distritos y wards (una zona
vinícola pequeña y bien definida). Los casi 5.000 viticultores cultivan 100.000 hectáreas de viñedos. La producción
es manipulada principalmente por 82 estates (propiedades formadas por una o más fincas) y 70 cooperativas, pero continuamente aparecen nuevas bodegas.
La región del Cabo produce la mayor parte de los vinos del país. La región de Boberg incluye el distrito de Paarl y Tulbagh.
La región de Coastal engloba varios distritos, entre ellos Durbanville, Stellenbosch, Constantia y Swartland. La región interior conocida
como Breede River Valley abarca Robertson, Swellendam, Tulbagh y Worcester. Pero los principales distritos vinícolas son Paarl y Stellenbosch.
Robertson
Es predominantemente una zona de vino blanco. Calurosa, seca y fértil, allí se cultivan grandes vides de chardonnay en suelos pedregosos y
ricos en caliza. Muchos viñedos bordean el río Breede, que atraviesa la región, aunque ahora otros se desplazan a colinas más
frías. Los cultivadores intercambian ideas, y regularmente reciben premios por sus vinos. Además de chardonnay, la zona produce excelentes
vinos de muscat y sauvignon blanc, y ahora está emergiendo un numero creciente de tintos de buena calidad, con la variedad shyraz en cabeza.
Stellenbosch
Es el verdadero centro de la industria vinícola sudafricana. Allí se halla la mayor (y creciente) concentración de bodegas, así
como de los vinos más elegantes del país. Hay viñedos en toda la región, plantados desde el fondo del valle hasta las escarpadas
laderas de la montaña, en unos 50 tipos de suelo diferentes y en muchísimos microclimas. En consecuencia, no existe un estilo particular que
caracterice esta región. Tradicionalmente se han alabado los vinos tintos de Stellenbosch, pero también se elaboran algunos blancos imponentes,
en especial con chardonnay y sauvignon blanc.
Constantia
En Constantia, que bordea la elegante zona metropolitana sur de Ciudad del Cabo, se elabora un sauvignon blanc de clase mundial, que también tiene
salida en el país, además de chardonnay y cabernet sauvignon. Fue aquí donde el gobernador Simon van der Stel estableció los
primeros viñedos del Cabo en 1685 y emprendió la elaboración de vinos dulces. Está situada al sudeste de la península del
Cabo, frente al Océano Atlántico, y las brisas la refrescan por ambos lados. Eso ayuda a hacer más lento el proceso de maduración
de las uvas, lo que aporta a los vinos gran concentración y finura.
|